SLC aumenta su impulso para obtener más árboles en el lado oeste, pero está resultando difícil

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Camine por una calle en el vecindario 9 y 9 y la brisa trae un toque terroso de ramitas y tierra. Puede ser fresco, incluso en un día cálido, con ramas y hojas que ofrecen una agradable sombra.

A solo unas pocas millas de distancia, en el lado oeste de Salt Lake City, la experiencia suele ser diferente. En demasiadas calles, el sol quema las aceras expuestas. El calor se queda absorbido por los techos oscuros que no reciben alivio de la luz.

¿Por qué la disparidad? Una gran razón son los árboles: muchos en un área y pocos en la otra.

“Realmente la convierte en una ciudad casi diferente para vivir”, dijo la directora ejecutiva de TreeUtah, Amy May. El lado oeste parece que se ha saltado.

La copa de los árboles del lado oeste se ha rezagado durante mucho tiempo con respecto al lado este más establecido. Es una inequidad que impulsó a la alcaldesa Erin Mendenhall a poner un énfasis adicional en plantar árboles en los vecindarios más diversos de la ciudad, una iniciativa que la geografía, la ciencia del suelo, la economía y más demuestran que será un desafío.

La cubierta de árboles conlleva una gran cantidad de beneficios para las comunidades, dijo May. Mejora la salud mental y reduce las tasas de cáncer de piel. Los árboles filtran el aire y brindan protección contra el viento y las tormentas de polvo.

Y mantienen los vecindarios benditamente más frescos durante los calurosos veranos de Utah.

Para experimentar los beneficios de un bosque urbano, las ciudades necesitan al menos un 30% de cobertura de dosel, dijo May. El lado oeste de Salt Lake City, agregó, no está ni cerca de eso.

¿Por qué mueren los árboles?

Los propios números de la ciudad muestran que cultivar árboles en el lado oeste es más difícil que en el lado este.

En 2019, el más reciente con números, los árboles recién plantados murieron a una tasa de alrededor del 20 % en el lado oeste. En el lado este, la tasa de mortalidad fue de alrededor del 12,5%.

Y los funcionarios de la ciudad anticipan que desde 2020, cuando comenzaron a bombardear el lado oeste plantando 1,000 árboles nuevos al año, la tasa de mortalidad en realidad será más alta.

Hay muchas razones por las que los árboles pueden fallar en un entorno urbano, según Tony Gliot, el administrador detrás de los esfuerzos de silvicultura urbana de la ciudad. La tasa de mortalidad no necesariamente apunta a pasos en falso por parte de la ciudad.

A veces, dijo, los árboles son atropellados por automóviles o destrozados por transeúntes. A veces no reciben suficiente agua. Y a veces simplemente no echan raíces en su nueva ubicación.

Aún así, Gliot está desconcertado porque el lado oeste tiene una tasa de muerte de árboles más alta que el lado este, pero dijo que una serie de factores podría crear un entorno más desafiante para expandir el dosel.

Hay menos franjas de estacionamiento con riego automático y patios delanteros en el lado oeste, dijo, por lo que el riego en muchos casos debe hacerse con baldes, bolsas de riego o mangueras, lo que puede ser más difícil.

También es posible, dijo, que el riego de jardines en general no sea tan prioritario como en otros lugares. Y el riego que se lleva a cabo, dijo, puede ser menos beneficioso para las plantas porque el área tiene menos sombra que los vecindarios más establecidos del lado este.

Podría ser que el costo del riego se considere prohibitivo, aunque la ciudad dice que el precio asciende a $2.59 al año.

“También podemos tener algunos problemas con la condición del suelo en ciertas áreas del lado oeste que no existen en el lado este”, dijo Gliot. “Entonces, hay factores ambientales que están más allá del control de las personas que pueden contribuir a que sea una condición de crecimiento más difícil”.

Ahí es donde entra en juego el tamaño de las partículas del suelo, según Jaydee Gunnell, profesora de horticultura de la Extensión de la Universidad Estatal de Utah.

A medida que los suelos pasan de las montañas y las laderas al valle, dijo, las partículas en el suelo se vuelven más pequeñas, lo que significa una menor absorción de agua. Las arcillas que se encuentran en el suelo del valle simplemente dificultan que el agua llegue a las raíces de los árboles.

“Terminas con muchos charcos”, dijo Gunnell, “pero el suelo debajo está seco”.

Un enfoque cambiante para plantar

Aun así, dijo Gliot, se pueden superar los desafíos de plantar árboles en el lado oeste.

Los funcionarios de silvicultura urbana tratan de ser exigentes con lo que plantan, seleccionando árboles que han demostrado que pueden crecer con menos agua o en un suelo menos que ideal. Gliot dijo que la ciudad se enfoca en plantar árboles como olmos híbridos, acacias, manzanas silvestres y robles para expandir el dosel del lado oeste.

Los equipos también están siendo más agresivos con la cantidad de árboles que están cortando.

El enfoque de Salt Lake City para plantar árboles cambió en 2020, el mismo año en que Mendenhall anunció una iniciativa para plantar 1000 árboles al año en el lado oeste. En lugar de plantarlos exclusivamente por pedido o para reemplazar árboles que fueron removidos, la ciudad comenzó a instalarlos ampliamente.

Ahora, los residentes deben optar por no participar después de recibir un aviso de que la ciudad plantaría árboles en su vecindario. Es un enfoque que, según Gliot, probablemente resultará en una tasa de mortalidad más alta que la reportada en 2019.

“Naturalmente”, dijo, “más árboles recibirán un cuidado insuficiente cuando los esté plantando de manera proactiva”.

Aún así, dijo, la ciudad trata de preparar a los residentes para el éxito. Los funcionarios proporcionan bolsas de riego e instrucciones en inglés y español, y este año comenzaron a distribuir calendarios que les decían a los residentes que debían regar sus árboles todos los días.

Lindsay Starke, residente de Poplar Grove, solicitó dos árboles hace un par de años después de ver una bolsa de agua frente a la casa de un vecino. Ella dijo que recibió toda la información y el equipo que necesita para cuidar sus árboles, pero notó en otros lugares que los árboles nuevos no están recibiendo bolsas de riego.

“Es un programa increíble”, dijo Starke. “Simplemente creo que no son necesariamente buenos para publicitar”.

Cuando James Belcher se mudó a su casa de Rose Park, un árbol joven y decrépito ya ocupaba su franja de estacionamiento. Para 2020, la ciudad cortó el árbol viejo, plantó uno nuevo y proporcionó un balde con instrucciones de riego.

“El nuevo árbol que plantaron terminó muriendo”, dijo, “a pesar de que lo estaba regando”.

Sospecha que el viejo tocón estaba compitiendo con el nuevo retoño por el agua.

“La gente tiene dos o tres trabajos en mi parte de la ciudad”

Alejandro Puy, concejal de primer año, dijo que los residentes, en algunos casos, no sabían cómo cuidar sus árboles, no recibieron una bolsa de agua o simplemente no entendieron la importancia de cuidarlos.

Puy elogió los esfuerzos de la administración de Mendenhall para hacer que el lado oeste sea más verde, pero dijo que debe haber una mejor comprensión de la comunidad que representa.

“La gente tiene dos o tres trabajos en mi parte de la ciudad”, dijo. “Tienen problemas para cuidar a sus hijos. Necesitan cuidado de niños, y corretean tratando de mantener sus vidas juntas”.

Así que está presionando para que se reserve dinero extra para una campaña educativa y más recursos para ayudar a quienes tienen árboles frente a sus hogares.

“No estoy tratando de encontrar a nadie a quien culpar”, dijo. “Pienso que es una gran idea. Solo tenemos que llevarlo al siguiente nivel”.

Incluso si los árboles mueren a un ritmo mayor, dijo Gliot, la cantidad total de árboles que sobrevivirán bajo la agresiva iniciativa de plantación de Mendenhall será mayor que en el pasado.

Para que los nuevos árboles tengan el mayor éxito posible, la División de Silvicultura Urbana de la ciudad está trabajando para reducir esa tasa de mortalidad centrándose en plantar donde sea evidente que los árboles recibirán el cuidado que necesitan. Eso significa que habrá más árboles en los parques de la ciudad, junto a los vecindarios en los perímetros de los campos de golf y frente a las escuelas.

Los funcionarios de la ciudad también están alentando a los consejos comunitarios a que se apropien de los nuevos árboles que desean en sus comunidades.

“Realmente es la única forma en que podemos tener éxito a largo plazo”, dijo Gliot, “creciendo más dosel en áreas que simplemente no tienen tanto”.

Luego, en las próximas décadas, ese paseo de verano en Glendale o Poplar Grove o Fairpark o Rose Park será tan fresco, tan placentero, tan cómodo como un paseo por la tarde en cualquier lugar de la ciudad.

Traducción por Elias Cunningham.