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“Su vida importaba”: Vigilia en Salt Lake City honra a José Hernández y pide fin a la violencia policial

José Hernández, un inmigrante de El Salvador, recibió un disparo mortal el mes pasado.

(Bethany Baker | The Salt Lake Tribune) Flores, zapatos y otros recuerdos se colocan en una vigilia por José Hernández, un hombre que murió a manos del Departamento de Policía de Salt Lake City, en Salt Lake City, el sábado 29 de noviembre de 2025.

The original English version of this story is available here.

José Hernández, un inmigrante salvadoreño que murió el mes pasado tras recibir disparos de la policía de Salt Lake City, era conocido como un hombre “muy amigable” y un talentoso artesano, jardinero, techador y pintor, dijo la activista por los derechos de los inmigrantes Brianna Puga durante una vigilia realizada el sábado en honor a Hernández.

“José era alguien que se desenvolvía con mucho calor humano, con mucha generosidad”, dijo Puga. “Siempre estaba haciendo bromas”.

Puga fue una de unas 40 personas que se reunieron el sábado en Salt Lake City, en la intersección de 2100 South y 300 West, donde Hernández recibió un disparo mortal el 29 de octubre. La vigilia se llevó a cabo justo afuera del estacionamiento de Home Depot, donde Hernández, junto con otros jornaleros, solía buscar trabajo. El acto fue organizado por la organización sin fines de lucro de derechos de los inmigrantes Comunidades Unidas.

“Este es un ritual para estar en un espacio colectivo,” dijo Puga, líder de derechos de inmigrantes en la organización. “Un momento de verdad, de amor, de reflexión, y para dejar claro que para su comunidad, su vida importaba. Su dignidad importaba. Su presencia importaba”.

Mientras Puga y otros hablaban durante casi dos horas, algunos asistentes sostenían una gran manta que decía “immigrant rights = human rights” (los derechos de los inmigrantes son derechos humanos). Otra manta leía “El pueblo salva al pueblo”. Otros llevaban cartulinas con los mensajes “Stop the violence against our neighbors” (Paren la violencia contra nuestros vecinos) y “Justice for Jose” (Justicia para José), junto con un dibujo de Hernández.

(Bethany Baker | The Salt Lake Tribune) Personas se reúnen en una vigilia por José Hernández, un hombre que murió a manos del Departamento de Policía de Salt Lake City, en Salt Lake City, el sábado 29 de noviembre de 2025.

Pero lo que podría significar “justicia” en este caso aún es incierto, señaló Dominique Byrd, directora ejecutiva de Comunidades Unidas, en una entrevista posterior a la vigilia.

“Creo que cuando veamos los resultados de la investigación [sobre el tiroteo policial], eso determinará realmente lo que esperamos de nuestra ciudad”, dijo Byrd. “Si dictaminan que fue un uso excesivo de la fuerza, excelente. Ese es un buen primer paso en la dirección correcta. Simplemente no creemos que alguien que llama para pedir ayuda médica deba terminar siendo baleado en una intersección”.

Según las llamadas al 911 y las imágenes de cámaras corporales publicadas por el SLCPD a principios de este mes, los agentes respondieron inicialmente a una llamada el día del tiroteo hecha por un hombre que dijo, sin muchos detalles, que su amigo había sido “atacado en medio de la calle”.

Cuando los agentes llegaron, según las imágenes, uno le dijo a otro que había visto a Hernández en el estacionamiento del Chevron, frente a Home Depot, con la mano levantada hacia otros dos hombres “como si estuviera buscando pelear”.

En un comunicado, el departamento dijo que testigos de los hechos previos a la llegada de los agentes indicaron que “había ocurrido algún tipo de altercado”, aunque no quedaba claro por las imágenes si Hernández había participado en alguna pelea antes de la llegada de la policía.

Una vez en el lugar, los agentes separaron a los hombres y hablaron con los dos que estaban con Hernández, así como con otros testigos, quienes dijeron que vieron a Hernández desplomarse y llamaron para pedir atención médica. La policía le preguntó a Hernández si necesitaba atención médica, a lo que él se negó, aunque dijo a la policía que los dos hombres con los que estaba “querían pegarle”. Después, dejó de responder a las preguntas de los agentes.

Tras ser interrogado inicialmente, Hernández comenzó a recoger rocas de jardinería y a guardarlas en los bolsillos, lo cual uno de los agentes notó y le pidió que dejara de hacerlo. Según las imágenes, Hernández se negó a cumplir la orden y se puso de pie para alejarse.

“Trae una roca en la mano como si fuera un arma”, dijo uno de los agentes, y ambos sacaron sus armas de fuego.

Hernández empezó entonces a alejarse mientras los agentes le ordenaban soltar la roca. Uno de los oficiales cambió su arma por una pistola eléctrica, mientras Hernández hacía un ademán como si fuera a lanzar la roca, antes de empezar a correr. Corrió por 300 West antes de girar y lanzar la roca a uno de los agentes, quien disparó contra Hernández.

Hernández murió más tarde ese día en un hospital (enlace en inglés).

El incidente fue traumático para quienes estaban en la zona y para los miembros de la comunidad de Hernández, dijeron varios oradores en la vigilia del sábado.

(Bethany Baker | The Salt Lake Tribune) Sheccid Sosa Reyna habla durante la vigilia por José Hernández, un hombre que murió a manos del Departamento de Policía de Salt Lake City, en Salt Lake City, el sábado 29 de noviembre de 2025.

Sheccid Sosa Reyna, empleada de Home Depot de 22 años, dijo que no presenció directamente el tiroteo, pero que la impactó profundamente, y que como asistente de estacionamiento ve a los jornaleros todos los días.

“Realmente me enoja que, después de que esto pasó, todo volviera a la normalidad”, dijo. “No me sentí bien trabajando el resto de ese turno sabiendo que alguien había muerto, alguien que era parte de una comunidad que solo trata de salir adelante”.

Sosa Reyna agregó que los jornaleros que ve a diario “están dispuestos a estar aquí con calor, frío, lluvia, nieve —están aquí, de pie, buscando una oportunidad, igual que todos los demás”.

Varios de los oradores también abordaron el temor que muchos jornaleros, incluso quienes están en el país legalmente, sienten hacia la policía y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Mientras esperan los resultados de la investigación, Byrd dijo que un primer paso hacia la justicia para Hernández sería que las agencias policiales locales no trabajen con ICE.

Actualmente, varias agencias policiales (enlace en inglés) del estado han firmado acuerdos de diverso alcance con ICE —conocidos como acuerdos 287(g)— que otorgan a oficiales locales facultades de aplicación de leyes migratorias. El Departamento de Policía de Salt Lake City, SLCPD, no tiene un acuerdo 287(g) con el gobierno federal, aunque algunas agencias, incluso sin acuerdos formales, a veces notifican a las autoridades federales si encuentran personas con órdenes de arresto pendientes.

“Creo que nuestras ciudades deben dar un paso adelante y no colaborar con los esfuerzos federales de control migratorio… ya sea mediante un acuerdo 287(g) o mediante colaboraciones informales”, dijo Byrd en una entrevista. “Para que nuestros residentes se sientan seguros, no podemos tener colaboraciones con ICE. Para mí, para la organización, eso es un paso enorme hacia la justicia. Necesitamos que nuestros funcionarios locales respalden a nuestra comunidad”.

Tras los comentarios de Byrd y otros, la multitud colocó flores en un memorial para Hernández, encendió velas y concluyó con la canción escrito por Juan Gabriel, “Amor Eterno”.

“Pues siempre estoy pensando en el ayer, prefiero estar dormida que despierta / De tanto que me duele que no estés / Cómo ay, que tú vivieras”.

Nota de traducción: Este artículo ha sido traducido del inglés al español con la ayuda de inteligencia artificial y ha sido revisado y editado por Cristóbal Villegas, Director de Participación Comunitaria en The Salt Lake Tribune, quien domina ambos idiomas. Utilizamos inteligencia artificial para aumentar el acceso a nuestras publicaciones mientras continuamos desarrollando nuestras capacidades de reportaje en español. Este aviso es nuestro compromiso con usted, nuestro lector.